La boda de Sonia María y Eduardo, entre Montoro y Majadahonda

Bodas - Comentario -

Este pasado sábado fuimos testigos del amor surgido entre Majadahonda y Montoro; entre Madrid y Andalucía. Una conjunción perfecta, llena de armonía y afecto, de amor y complicidad, de miradas risueñas y de ese buen rollo que, con solo ver su cruce de miradas, se comprende todo. Así son Sonia María y Eduardo. 

Desde bien temprano, Eduardo andaba algo nervioso. Poco había podido dormir. Se encontraba en Casa Maika, una casa rural en el corazón del Conjunto Histórico-Artístico de Montoro, donde me recibió tal como, jocosamente, le había dicho unos minutos antes por mensaje: “En gayumbos”. 

No había terminado de entrar cuando dos de los amigos de la pareja llegaron para acompañarle en estos momentos previos. Con su ayuda, y la de su padre, Eduardo se fue vistiendo, con su traje de Old Jeffrey y zapatos de Lottusse. Mientras tanto, la madrina, se encontraba en los últimos ajustes de mantilla y peinado, llevados a cabo por Silvia Noguero, en una habitación colindante. 

Hubo un momento de “especial complicación” durante este ritual: La corbata. No había manera de conseguir el nudo/medida perfecta. Cuando no era el cabo grueso, era el cabo fino, pero nunca queda en el sitio correcto en estos momentos tan cruciales… Tras varios voluntarios y unos cuantos nudos desbaratados, consiguieron algo medianamente correcto… Y ya con el toque magistral de la madrina… quedó bordado. 

Poco a poco fueron llegando más amigos y familiares del novio, los cuales, mantuvieron entretenido con sus charlas y risas hasta que llegara la hora. 

Sonia María se encontraba en casa de sus padres en plena sesión de peinado y maquillaje, llevado a cabo por Silvia Balastegui. 

Aparentemente, la novia se encontraba mucho más calmada que Eduardo, aunque de vez en cuando aparecían breves síntomas de nervios, totalmente normales tratándose del día que era. 

A medida que iban pasando las horas, Sonia María seguía avanzando en sus preparativos, hasta que, con ayuda de su madre, se puso su vestido de novia de la firma Lola Martín y su hermano le ayudó con los zapatos, de Fígara

De repente, un “¡viva la novia!” resonó por el portal de escaleras, sus familiares y amigos iba llegando para acompañarla y ayudarle a terminarse de vestir. 

Momentos antes de partir hacia la iglesia, Alfonso, padre y padrino, le entregó a la novia su ramo, llevado a cabo, junto con todo el exorno floral de la Iglesia, por Luque, arte floral. Y de su brazo, tomó rumbo hacia el altar. 

La Iglesia donde se llevó a cabo la ceremonia es un sitio de especial cariño y significado para la pareja, muy especialmente para Sonia María, ya que es la sede canónica de su Cofradía de la Flagelación, sita en la capilla de la Residencia de Jesús Nazareno, en la conocida, popularmente, como “Calle Alta”. 

Con los sones cofrades de un pianista, de Pianos para eventos, y bajo la atenta mirada del Stmo. Cristo de la Flagelación y Ntra. Sra. del Rosario en sus Misterios Dolorosos, Sonia María y Eduardo se dieron el “Sí, quiero”, en una ceremonia muy emotiva. 

A la salida, junto con la característica lluvia de arroz y mariposas, se sumaron las hojitas de olivo, tan de la tierra. 

Tras la ceremonia, tomamos rumbo hacia la Finca “Molino del Carmen”. Un antiguo molino aceitero del siglo XVII en plena sierra montoreña, que perteneció a los monjes carmelitas de Montoro, restaurado recientemente por Carmen María, Ana y Andrés, cuidando con mucho mimo cada rincón y detalle, y en el que el color blanco de la cal y el rojo de la molinaza, se dan la mano para crear un lugar de ensueño donde esta pareja celebró por todo lo alto su gran día. 

El cóctel fue servido por Orate Catering y eventos, donde también participó Sabores Ibéricos, y su gerente, el cortador profesional de jamón Fran Romero; estando, todo el momento, amenizado con la música del grupo de rumbas Cantares. 

Durante el cóctel, tanto el hermano de Sonia María, como una de las hermanas de Eduardo, le dedicaron una palabras a la pareja de recién casados que hicieron brotar lágrimas en los ojos de todos los allí presentes, siendo uno de los momentos más emotivos de la celebración.

Como fin de fiesta, todos los invitados disfrutaron en perfecta armonía y mucha diversión, con la animación y música de DJ Pako triángulo, y con el servicio especial de “glitter´s corner” de Lourdes Balastegui, prima de la novia. 

Y tras este resumen en palabras, os dejo con las imágenes más destacadas de este bonito día, con el deseo de que os gusten.

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Ana
Sin palabras con el trabajo realizado en Finca Molino del Carmen durante la boda de Sonia María y Eduardo. Hemos quedado impresionados con su trabajo, realizado de manera tan personalizada y única. Cada momento especial fue capturado con una atención al detalle increíble. Fue un verdadero placer trabajar cerca de un gran profesional de la fotografía, cuya dedicación y talento se reflejaron en cada imagen. ¡Un trabajo excepcional!

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