Nervios, timidez, pavor ante la cámara… son algunos de los motivos más frecuentes que nos encontramos los fotógrafos ante las parejas que nos contratan, y no es para menos… Posar ante una persona a la que no se le conoce o se tiene poco trato es lo más normal que pueda suceder. Por este motivo, me gusta recomendar la realización de una preboda a los novios antes de ese gran día, para romper el hielo y conocernos mucho mejor en un ambiente tranquilo, además de tener un bonito recuerdo de su etapa de noviazgo. 

Así sucedió con Antonio y Carolina, los protagonistas de este bonito reportaje de preboda. Aunque nos conocíamos con anterioridad, la relación cambia mucho cuando hay una cámara de por medio, pero eso solo fue al principio. Su timidez no duró mucho, pues mi finalidad es que se sientan lo más cómodos posibles y a gusto con el trabajo que se está realizando. 

Esta pareja no tenía claro del todo el lugar para llevar a cabo su reportaje de preboda, aunque sí tenían claro que querían naturaleza y medio rural. Sin dudar, le planteé realizarlo en la Aldea del Cerezo de Cardeña (Córdoba) un enclave paisajístico y rural con muchísimo encanto y muchísimos rincones bonitos. 

La tarde estaba nublada, hacía bastante fresco, temperatura muy normal en esa zona del Parque Natural de Cardeña-Montoro. La naturaleza, tan agradecida siempre, se encontraba con un colorido verde impresionante, tras unas lluvias de los días previos, en un arroyo cercano, corría un agua cristalina… Naturaleza y una bonita historia de amor que contar. ¿Qué más pedir? 

A continuación, os muestro el resumen fotográfico de la preboda de Antonio y Carolina.