Si de algo nos gusta presumir a los fotógrafos es de tener el privilegio de dar el punto y final al gran día de las parejas, con la entrega de lo que serán sus recuerdos. Dentro de ese privilegio se encuentra, también, el comenzar a narrar ese recuerdo. Como herramienta fundamental para ello es el reportaje de preboda. 

En esta ocasión, es una preboda especial, puesto que esta nueva pareja, Cristóbal y Rosa, iban acompañados de una personita muy especial que, con apenas cinco mesecillos, es su mayor motivo de felicidad. Por lo que, más allá de “romper el hielo” para el gran día, gana mayor peso el recuerdo de los días previos junto a su pequeña antes de ser marido y mujer. 

Dentro de los múltiples emplazamientos que tiene Montoro y sus alrededores, había uno que lo conocía de oídas, pero nunca había ido. Ese es el caso de una antigua finca, a escasos kilómetros del núcleo urbano, en un paraje súper tranquilo. 

Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo con un pequeño resumen de la tarde que pasamos junto a Cristóbal y Rosa.