Desde que conocí a Lidia y a Ángel supe de su interés por la arqueología y la historia. Cuando me plantearon realizar su postboda en Medina Azahara me ilusionó muchísimo, ya que tiene rincones de ensueño.
Este monumento, declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad, tiene una leyenda de amor escondida, pues dicen que Abderramán III la mandó construir poniéndole el nombre de su amada Azahara. Bella leyenda ésta que inspira para situarnos en el entorno con Lidia y Ángel.
Quedamos a primera hora de la tarde en su localidad, Villa del Río, donde me estaban esperando junto a su perrita Luna, para hacerla partícipe, al igual que lo hicieran durante el día de su enlace.
Ya en la ciudad califal, comenzamos el paseo por el marco incomparable que ofrece su arquitectura, en la que se dejan ver algunos arcos de herradura, tan característicos del arte Omeya, que ayudan a enmarcar la historia de amor de esta pareja.
Nos bastó una tarde para tener un recuerdo eterno de este día, de lo que, a continuación, os muestro un breve resumen.